En los peores momentos de crisis, incluido el azote de la COVID-19, no pararon los molinos pertenecientes a varias unidades empresariales de base (UEB) de la Industria de Materiales de la Construcción en Ciego de Ávila, empresa que ha enfrentado estoicamente las carencias que la golpean.
Con un pedigrí digno de contar a lo largo de los años, uno marcha con cautela hacia las oficinas en la sede de la entidad, sometida a un proceso de remodelación total, reflejo de la propia empresa.
Uno ve prominentes obras como el Acueducto de Albear, el Alcantarillado de La Habana, la Carretera Central, el Edificio Focsa, el Túnel de La Habana, el Puente de Bacunayagua y el Viaducto de La Farola, consideradas maravillas de la ingeniería civil cubana, y jamás piensa en las canteras y sus hombres, o en los hombres de las canteras.
Repasando, en silencio, ideas para un reportaje en la Industria de Materiales de la Construcción en Ciego de Ávila, creo válida la frase de que el desarrollo nace en el corazón de la tierra.
BUM, BUM, BUM
A las canteras se entra por el frente –al menos las que he visitado–. Lo primero que te recibe es el polvillo que te entra hondo. Hasta los huecos de la nariz se tiñen de blanco; después el bum, bum, bum del martillo, la estera de cuello largo, que va desde el molino hasta un lugar donde cargan el tren, o los otros medios de transporte.
Te acercas y observas esos «camionzotes» con la cabina picada, como si estuviera a medio hacer; la cama empinándose hacia el cielo en el proceso de descargue y, en medio del ruido, oyes una voz que te manda a separarte del molino, por si acaso una piedra…
Para que el cuello largo moledor no pare, la actividad en la cantera tiene que ser constante, y ves cómo los hombres, diminutos en la distancia, se hacen gigantes cuando llegas a ellos.
Por allí, por la UEB Yeso Punta Alegre, anda Niorgen Buchillón García, operador de cargador, un hombre de 24 quilates, que repite una frase recurrente, con la sencillez a flor de piel –y de labios–: «Trabajamos para que no se detenga ninguna de las fábricas de cemento del país, con las que tenemos contratos. Si ellas se paralizan, las obras quedan como barcos a la deriva», comenta en lenguaje marinero, aunque él mismo decidió trabajar en las canteras y no en el mar, en la pesca, la otra mayor fuente de sustento en aquel paraje del norte avileño.
«No, no me agrada mucho andar encima de un barco», frase no muy común entre los puntalegrenses, quienes, casi en mayoría, prefieren hacerse a la mar, antes que probar suerte en la mina.
Cientos de trenes ha contribuido a llenar este hombre, y por eso suele vérsele lo mismo por allá abajo, en la mina, que acá arriba, donde cargan el yeso triturado destinado a varias fábricas de cemento del país
«Decidí ganarme la vida aquí, en la cantera. Transité por los mismos caminos de mi abuelo, Arnaldo Buchillón, y de mi padre, Mario. ¡Uf!, hace muchos años ya. Ellos también fueron buldoceros, operadores de grúas y de cargador, como yo. De todos aprendí un poquito, y se me quedó ese latir minero».
Los hombres de la cantera y ese bum, bum, bum constante tienen una relación estrecha, estrechísima, con los de la empresa, aunque algunos ni se conocen, pero se guardan el respeto del minero.
Antes, la ingeniera metalúrgica Heisy Linares Rodríguez, directora de producción de la Empresa, había explicado que la mina de Punta Alegre había producido unas 21 000 toneladas de yeso, enviadas, fundamentalmente, a las cementeras de Cienfuegos (Carlos Marx) y Sancti Spíritus (Siguaney). «La de Santiago tiene contrato con nosotros, pero ahora no nos están comprando. La de Nuevitas (26 de Julio) lo hará cuando reinicie la producción».
Regla Laza Valdés Sánchez, directora de perfeccionamiento y control en la entidad, comentó que a partir de las 43 medidas para el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista y el Decreto Ley 34 Del sistema empresarial estatal cubano, del 13 de abril de 2021, que regula los principios de la organización y funcionamiento de las empresas estatales, empresas filiales y las organizaciones superiores de Dirección Empresarial, la entidad se vio obligada a actualizar sus actividades secundarias y, dentro de ellas, creó una ueb de construcción y mantenimiento en obras priorizadas en la provincia.
Ello le dio fortaleza, y el plan de viviendas de la propia entidad (diez para el presente año) lo cumplirán sin dificultades, al igual que la entrega de materiales hacia otros programas de desarrollo, porque tienen organizado el trabajo de forma tal que laboran de acuerdo con la demanda y las necesidades de materiales de los otros.
Todo ello ha sido posible con la organización como baluarte, y el sólido encadenamiento con el turismo, mediante la contratación y comercialización de materiales para la construcción, acción que garantiza el desarrollo de la infraestructura del destino turístico Jardines del Rey, formado por los cayos Guillermo, Coco, Paredón Grande y Cruz, este último en la geografía camagüeyana.
VENTAS MILLONARIAS Y SENTIDO DE PERTENENCIA
A los programas priorizados, incluida la construcción de viviendas de la provincia –de un plan de 594 hasta agosto, Ciego de Ávila había terminado 587– los hombres de la cantera han entregado considerables surtidos de arena artificial, gravilla, granito, arena beneficiada, polvo remolido, bloques de hormigón y morteros especiales.
«Las entregas están en correspondencia con la demanda, y si en algún momento se han visto afectadas, es por la falta de combustible de quienes contratan las producciones», aclara Linares Rodríguez.
Usted lee y comprueba que está ante una empresa de éxito cuando conoce que el pago de utilidades aumentó de tres salarios medios a cinco en el presente año; que la empresa no planifica pérdidas económicas; que concentra los esfuerzos principales en el cumplimiento de las producciones dirigidas a garantizar los insumos para el turismo y otras construcciones de índole social; que permite a los jubilados contratarse en el cargo que desempeñaban al momento de obtener la pensión, siempre que responda al interés de la entidad; que allí priorizan los programas de informatización; que se concertan cartas de entendimiento para exportar áridos finos y gruesos a dos países del área; que las ventas del primer semestre del presente año superaron los 45 200 000 pesos, cifra por encima de lo logrado el año anterior.
Allí se hace cotidiano el fomento de la cultura del detalle de la organización, con el fin de elevar la calidad de los procesos y el aprovechamiento al máximo de los recursos disponibles.
La entidad exhibe, entre sus resultados, las inversiones en el lavadero de arena y el molino de piedras XX Aniversario, de Chambas; también el Maximiliano Reinoso, este último más pequeño, pero fuerte en la pulseada de triturar piedras. Otra inversión a futuro ocurrirá en la fábrica de yeso de Punta Alegre, y en otras UEB.
El salario promedio por trabajador, al finalizar el mes de mayo, superó los 10 400, y se estima que al concluir el año supere los 12 000 pesos. Evidentemente, es casi nula la fluctuación de la fuerza laboral.
Todas esas bondades apuntalan la confianza en la empresa estatal socialista como fuente de riquezas, bienestar y prosperidad de esos hombres que desde el subsuelo tocan el cielo, pese al trabajo duro, durísimo, del minero: desbrozar la cantera, taladrar la roca, estallar dinamita, recoger piedras, soportar altas temperaturas, el polvillo de la roca, el sudor… Y todo para que el desarrollo nazca del corazón de la tierra.
