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Jóvenes de Avilmat, con el espíritu del 4 de abril

Amamos la libertad y llevamos, como adarga al brazo, esa sonrisa espontánea a flor de piel que no distingue edades, color de la piel, sexo o raza.

  Andamos y desandamos de un lado a otro, llenos de inquietudes, pero con paso firme, apelando a la razón, con deseos de transformar la realidad para construir nuestra propia historia.

 Cargamos a cuestas los sueños del mañana en busca de nuevos desafíos impuestos por un presente y futuro a la vez, para trascender en el tiempo, más allá del discurso, con más autonomía, crítica, combatividad, superación constante, trabajo, compromiso, participación y aporte, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta.

  Nos hemos convertido en el corazón de la sociedad cubana y sostenemos en sí misma, una vida enriquecida con los principios raigales de otras organizaciones políticas y de masas, pero sin perder la esencia, para parecernos cada vez más a estos tiempos.

 Siempre vamos al frente, nunca a la zaga. Estudiamos, trabajamos y nos divertimos; pero también, polemizamos, discutimos, discrepamos, enfrentamos con firmeza lo mal hecho y generamos conflictos defendiendo nuestras ideas, cuando consideramos que nos asiste la razón, por eso nos tildan de locos o perdidos.

El 4 de abril no es, para Cuba, solo una fecha en el calendario. Es el latido unísono de un pueblo, el pulso que recorre la isla y une a generaciones. Es un poema tejido con las manos de los jóvenes que escriben, con pasos firmes, el futuro.

  Abril nos trae el homenaje oportuno, la certeza de que se puede seguir con la mirada en las alturas, con el deseo intacto de conquistar el horizonte, de forjar un futuro luminoso y mejor para cada joven que corra y sueñe en esta tierra que se alimenta del beso fresco y amoroso de sus mejores hijos.

  Hoy el tiempo se detiene, no para mirar atrás, sino para celebrar a aquellos que
alzan la mirada con los ojos llenos de sueños, mientras dibujan, sonrisa a sonrisa, la historia viva de la Patria.

  Pero los revolucionarios están de un mismo lado, por eso la juventud cubana está obligada a ser inevitablemente rebelde, como en su génesis, para continuar impulsando la Revolución.

Delicia Leyva Morales

Comunicadora Institucional